sábado 18 mayo 2024
BORRA EL GOBIERNO DE TLAXCALA TODO UN PÁRRAFO ERRÓNEO DEL PROTOCOLO DE ACTUACIÓN PARA LA PROTECCIÓN DE CANDIDATOS CADA INTEGRANTE DE LA LXIV LEGISLATURA SE “EMBOLSÓ” 4.7 MDP ENTRE ENERO Y MARZO; SOLO PARA “GESTIÓN” SE REPARTIERON 106.1 MILLONES CONTENER, PREVENIR Y AFRONTAR LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA, COSTÓ $28 MIL 200 MILLONES A LOS TLAXCALTECAS EN 2023 DESINTERESA A CANDIDATOS A CARGOS FEDERALES Y LOCALES FIRMAR LA AGENDA JOVEN: EN TLAXCALA, SOLO NUEVE LA HAN SUSCRITO EN COMPLICIDAD, LORENA CUÉLLAR Y DIPUTADOS HICIERON MAL LA LEY QUE CREA EL INSTITUTO PARA DEVOLVERLE AL PUEBLO LO ROBADO; LA SCJN LES CORRIGE LA PLANA

BUROCRACIA DORADA


11 agosto, 2022

(Fabián Robles/12 de agosto 2022) Si algo nos legó la época dorada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a los mexicanos, después de décadas y décadas de mantenerse en el poder, fue un puñado de frases que dibujan tal cual a nuestra clase política. La de ayer y la de hoy, y quizás la de mañana.

Se trata de palabras cargadas de un cinismo ramplón, aunque paradójicamente bastante sinceras, pero además muy ciertas, invariablemente utilizadas para referirse a los actos que aceitan la corrupción en la política.

“Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”; “el que no tranza, no avanza”, “un político pobre, es un pobre político”; “no quiero que me den, sino que me pongan donde hay”; y otras tantas más que forman parte del vocabulario cotidiano de muchos políticos, sin importar su signo partidista.

El recuento de esas frases –que, desde luego, no son todas porque la variedad en la picardía mexicana es amplia- viene a colación por los excesos detectados en dos casos que se pudieron conocer gracias a documentos públicos del Órgano de Fiscalización Superior (OFS) relacionados con el manejo de recursos del erario durante el ejercicio de 2021.

El primero está relacionado con el abuso de quienes forman parte del Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET) que -so pretexto del “exceso de trabajo” con motivo de los procesos comiciales ordinario y extraordinario del año pasado- se sirvieron, literal, con la cuchara molera más grande que encontraron, jugosísimas compensaciones.

José Lumbreras García, Claudia Salvador Ángel y Miguel Nava Xochitiotzi, magistrados del TET, cobraron sin justificación alguna excesivos “apoyos” adicionales a sus percepciones mensuales.

El primero, se embolsó una compensación equivalente a 937 por ciento de su sueldo mensual ordinario que el año pasado era de 81 mil 936 pesos, en virtud de que presidía el tribunal.

Los otros dos magistrados no se quedaron atrás, y cada uno se llevó el equivalente a 793 por ciento de su sueldo mensual ordinario que era de 53 mil 528 pesos.

Aquí, es necesario precisar que esas compensaciones –pagadas en la segunda quincena de agosto y la primera de septiembre- nada más correspondieron al proceso electoral ordinario del año pasado.

Insaciable, en diciembre de 2021, la tríada de magistrados volvió a las andadas -so pretexto del exceso de trabajo, pero ahora con motivo del proceso electoral extraordinario-, y cobró de manera indebida e injustificada otra compensación.

Fue así que José Lumbreras obtuvo un apoyo adicional por 202 mil 621 pesos, y cada uno de los otros dos magistrados 145 mil 409 pesos.

Sumados esos tres pagos, el primero cobró de manera indebida e injustificada 970 mil 559 pesos; mientras que los otros dos se llevaron, cada quien, 569 mil 997 pesos.

Si bien la Ley Orgánica del TET establece que “durante los procesos electorales ordinarios o extraordinarios no se pagarán horas extras, pero sí se preverán en el presupuesto de egresos las compensaciones extraordinarias que deban otorgarse al personal judicial electoral, de acuerdo con los horarios y carga de trabajo que hubieren desahogado”, en el caso de esos tres personajes el abuso es claro y reprobable.

En este país –quizás como en ningún otro- solo gente como ellos se pueden dar ese lujo, y con recursos públicos que es peor.

Actos como esos –con un fortísimo tufo a corrupción- sirven a AMLO para justificar su pretensión de acabar con la llamada burocracia dorada. Y cómo no si el abuso es evidente y cínico. No tienen llenadera, diría el clásico.

El otro caso es el Víctor Manuel Cid del Prado Pineda, cuya gestión al frente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) tuvo el signo de la corrupción, según lo ha documentado el propio Órgano de Fiscalización Superior.

La cereza del pastel tuvo lugar cuando venció el plazo el 11 de junio de 2021 para el cual fue designado ese sujeto.

Sin tener derecho a una indemnización –porque lo suyo no fue despido injustificado- cobró por ese concepto, vacaciones y la primera quincena de junio completa, casi 200 mil pesos, lo cual resultó injustificable e ilegal.

No hubo nadie que se opusiera a que el ahora exombudsman se embolsara un finiquito que no le correspondía.

En el caso de los magistrados del TET y el del exdefensor del pueblo, seguramente no pasará nada porque vivimos en medio de un sistema que todo lo permite, sobre todo el mal uso que se hace el dinero público, siempre visto como un auténtico botín.

Ante evidentes complicidades y la inutilidad de un sistema anticorrupción que no espanta ni a las moscas, lo más que puede pasar es que la información periodística relacionada con esos casos de abusos solo quede en el anecdotario y, cuando mucho, en el escarnio público temporal. Y hasta ahí.

José Lumbreras, Claudia Salvador, Miguel Nava y Víctor Manuel Cid del Prado, aprendieron de memoria y llevan muy bien a la práctica varias de esas frases acuñadas por lo más rancio del corrupto sistema priista. Si no es ahora, cuándo.