sábado 18 mayo 2024
15 enero, 2023
(Fabián Robles/16 de enero 2023) Ya transcurrió poco más de un mes desde la aprehensión de “Don Grifo” (también conocido en el bajo mundo como “El Gris”) y “El Mompín”, a quienes se les vincula, presuntamente, como parte del Cártel de Sinaloa, y hasta ahora Lorena Cuéllar ha hecho mutis. Su silencio también es respuesta.
A la morenista le conviene callar porque la develación que hizo en su momento Ricardo Mejía Berdeja -hasta el pasado fin de semana subsecretario de Seguridad Pública del gobierno federal- vino a echar por tierra su discurso manido aquel de que en Tlaxcala no hay delincuencia organizada.
Sin embargo, la develación del ahora exfuncionario federal fue lapidaria: “Don Grifo” y “El Mompín” fueron “presuntos secuestradores y generadores de violencia del Cártel de Sinaloa en Tlaxcala”. Nada más.
No solo eso: el primero de ellos, según lo dicho por Mejía Berdeja- “habría fungido como enlace directo con el Cártel de Sinaloa y con elementos de los tres órdenes de gobierno para negociar detenciones, así como para amedrentar a los actuales elementos de la Fiscalía”.
¿A quiénes se refería el exsubsecretario de Seguridad cuándo se refirió a “elementos de los tres órdenes de gobierno? ¿A gente de la Guardia Nacional, del Ejército, a personal de la FGR? ¿Qué funcionarios de la actual administración lorenista o de gobiernos anteriores en el estado participaban en esas “negociaciones”? ¿Qué mando o policías municipales también están embarrados?
Pero aún: ¿a qué detenciones se refirió Ricardo Mejía? ¿Qué delincuentes resultaron beneficiados con esas “negociaciones? ¿En qué casos pudo tratarse de vendettas para tener quietos a grupos rivales?
¿Por la desconfianza hacia el Ejército, la Guardia Nacional y la FGR, fue que el 10 de diciembre, en la detención de “Don Grifo”, participaron elementos de la Secretaría de Marina y de la Coordinación Nacional Antisecuestro?
¿Por qué el gobierno de Lorena Cuéllar, tras la detención de “El Gris”, se apresuró a filtrar información relativa a que ese sujeto fungió como policía de investigación en el gobierno del priista Marco Antonio Mena?
¿Por qué no hizo lo mismo en el caso de “El Mompín”? ¿Por qué calló que se trata de un exelemento de la Secretaría de Seguridad Ciudadana? ¿Fue por estrategia para no manchar más la imagen de esa dependencia, tan vapuleada merced a varios escándalos, desde la fuga de quien fue su titular Alfredo Álvarez, hasta el robo de un perro por parte de un mando?
¿Desde cuándo opera el Cártel de Sinaloa en Tlaxcala? Difícil saberlo con exactitud, pero tal vez para darnos una idea, quizá baste recordar que hace más de 15 años, cuando el líder de esa organización criminal, Joaquín “El Chapo” Guzmán, se fugó de la prisión de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, fue buscado en una populosa y popular unidad habitacional de San Pablo Apetatitlán.
Pero en aquella ocasiones alguien dio el pitazo de que se encontraba escondido en un apartamento de interés social para despistar al enemigo, y cuando llegaron las fuerzas del orden no encontraron a nadie.
Dicen que del frustrado operativo, “El Chapo” fue alertado por policías federales que sentaban sus reales cerca del lugar que el capo había utilizado para esconderse durante algunos días. Esos uniformados, según fuentes extraoficiales, cuidaban las espaldas a quien se referían como Don Joaquín… él, solo les pagaba por estar a su servicio.