sábado 18 mayo 2024
17 enero, 2023
(Fabián Robles/17 de enero 2023) ¿Quién le cree a Lorena Cuéllar Cisneros cuando, en tono eufemístico, dice que la seguridad es prioritaria para su gobierno?
La pregunta -sin respuesta oficial, claro está- es más que oportuna si consideramos que en año y medio de su gestión lleva tres titulares de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC)…y contando.
Peor aún si tomamos en cuenta que casi la mitad de ese lapso de su administración, la dependencia -toral en cualquiera de los tres niveles de gobierno- ha permanecido sin secretario.
Durante esos casi ocho meses, al frente de la SSC y en periodos distintos, solo ha estado un par de encargados (Maximino Hernández Pulido y Guadalupe Ballesteros). Todo un récord Guinness que, dudo mucho, tiene parangón alguno con otra entidad de la República.
Cierto, por tratarse de tan delicada decisión, no era para que al nuevo titular se designara de un día para otro, pero…
El asunto no es menor porque, contrario al discurso oficial triunfalista de que somos el estado más seguro en toda la geografía nacional, la inseguridad se ha convertido en el talón de Aquiles de la llamada Nueva Historia. Como se dice de manera coloquial, la gobernadora no da pie con bola y la crisis en la materia está ahí, presente un día sí y otro también.
En ese contexto es difícil creer en la palabra de la gobernadora, pues ella misma no ha cumplido sus promesas: cuando en noviembre de 2021 Alfredo Álvarez dejó de manera abrupta la titularidad de la SSC para convertirse en prófugo de la justicia, Lorena Cuéllar habló de varias fechas para designar al sustituto.
No cumplió ninguno de los plazos que dio y dejó correr los días hasta casi sumar medio año.
A mediados de octubre pasado, cuando la gobernadora supo que Raúl Ruiz renunciaba al cargo de secretario a partir del 1 de noviembre, se repitió la misma historia, muy a la manera de Pedro y el lobo: dio fechas para nombrar al nuevo funcionario de esa área, pero ninguna cumplió.
También repitió la fórmula empleada desde noviembre de 2021: decir que analizaba fichas curriculares de hombres y mujeres, y que a los candidatos les había pedido un plan de trabajo.
Es decir, en ambas ocasiones la mandataria recurrió a la mentira para burlarse de los tlaxcaltecas, sobre todo porque desde el día de la renuncia de Raúl Ruiz, ya tenía en la mira la contratación de Ramón Celaya Gamboa.
Este último hombre, el 21 de octubre de 2022, dimitió al cargo de vicefiscal de prevención y seguimiento de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero –que ocupó menos de un año-, según dijo para atender una invitación, a fin de asumir una nueva tarea a partir del 1 de noviembre, aunque no dio más detalles.
Tras enterarse de esa noticia, algunos medios de Guerrero se aventuraron a informar que el ahora titular de la SSC de Tlaxcala, habría recibido una invitación para incorporarse a la Fiscalía General de la República (FGR). Nada más falso.
Hoy, los hechos evidencian que, en realidad y desde un principio, la invitación que tenía Ramón Celaya fue de la propia gobernadora para venir a Tlaxcala, y no de la FGR. Solo era cuestión de tiempo para consumar su llegada.
Lo del análisis de fichas curriculares de otros prospectos y de su respectiva propuesta de plan de trabajo, solo fue una pantomima que se vino abajo por sí misma y que sirvió para perder aún más la confianza en este gobierno tan acostumbrado a mentir.
Aún con ese actuar, habrá que concederle al nuevo secretario de Seguridad el beneficio de la duda. Pronto se verá de qué está hecho, sobre todo cuando tenga que lidiar de manera cotidiana con Guadalupe Ballesteros y su grupo, que en realidad son los que controlan a su antojo esa dependencia con la venia de la señora, claro está.
Por lo pronto, en los corrillos de la policía estatal y sus diversas áreas, se dice que el laureado titular de la SSC verá acotado su actuar, pues no tendrá poder de decisión en los cambios que se avizoran en la dependencia. La potestad queda en manos de la gobernadora y él se tendrá que conformar con palomearlos.
Veremos además si el tiempo le alcanza a don Ramón para cumplir su propósito de consolidar a la Secretaría de Seguridad Ciudadana “como una institución sólida que trascienda a través de varios periodos de gobierno” (sic).
Para cumplir ese anhelo transexenal le quedan cuatro años y medio, si bien le va y si aguanta.
Quizá no estaría mal informarle que su antecesor, Raúl Ruiz, duró apenas seis meses al frente de la dependencia…y tras de sí dejó muchas promesas incumplidas. Por el bien de Tlaxcala, que esa historia no se repita.